
Perder la condición de máximo aspirante a subir a Primera División, sencillamente por no proceder de la elite, es, a veces, injusto. Y más, en una categoría donde los favoritismos son mínimos y, en ocasiones, inexistentes. El Levante ya no es el mejor posicionado para competir entre los mejores en el panorama nacional, mas, por condiciones, actitud y ambición no va a ser.